Jesús de Nazaret, Narrativa histórica 2. #040

 

¿Cuales fueron sus primeras palabras? ¿Cuál idioma hablaba? ¿Sabia escribir? Jesús adolescente. ¿En qué trabajaba y en dónde? ¿Cómo era Nazaret? ¿Qué costumbres tenían sus habitantes? Conocía bien la vida del campo. 

 

El arameo, fue la lengua materna de Jesús, sus primeras palabras para llamar a sus padres fueron abba, “papá” y immà “mamá”. Era en la lengua en que luego anuncio su mensaje y esta se hablaba tanto en Galilea como en Judea. 

 

Todavía quedan claros vestigios de la lengua aramea en el texto de los evangelios.  Los galileos hablaban el arameo con algunos rasgos que los diferenciaba de los judíos de Judea. En concreto no pronunciaban bien los sonidos guturales, y eran objeto de chistes y burlas en la capital. A Jesús, lo mismo que a Pedro, el acento traicionaba su origen galileo. El hebreo, que había sido la lengua de Israel en tiempo de los grandes profetas, decayó mucho después del exilio a Babilonia, pero no se perdió del todo. 

 

En tiempo de Jesús se hablaba el hebreo, en algunas localidades de Judea, pero se conservaba sobre todo como lengua sagrada en la que estaban escritos los libros de la ley y era utilizada en el culto del templo y en ciertas oraciones. 

Sin embargo, el pueblo ya no lo entendía bien; cuando en las sinagogas se leían las Escrituras agradas en hebreo, el texto era traducido y comentado en arameo.

 

Es posible que Jesús tuviera algún conocimiento de hebreo bíblico, pero no parece que lo hablara regularmente en las conversaciones ordinarias.

A partir del impulso helenizador de Alejandro Magno, el griego fue arraigado cada vez más en los territorios conquistados, convirtiéndose en la lengua oficial de la cultura, la administración y en los intercambios comerciales.

 

Es probable que no sabia escribir, cosa que en la época era muy común. El aprendizaje estaba basado en el saber recordar, cosas, relatos, historias, anécdotas, dichos, comparaciones que a lo largo de los años se acumulaban como fuente de la cultura personal y el saber utilizarlos, hacia la diferencia. Seguramente sabia contar y hacer cálculos simples fundamentales para los trabajos diarios como jornalero. Jesús no dejo ningún escrito, al menos descubierto hasta la fecha, motivo por el que se presupone que no sabia escribir. 

 

Jesús, sin duda hablaba y pensaba en arameo, pero su contacto con la lengua griega fue tal ves más intenso de lo que podemos pensar, sobre todo si se acerco a Séforis buscando trabajo. Seguramente desconocía el latín. A pesar de que, con la llegada del imperio Romano, se grababan en los edificios y monumentos inscripciones impresionantes en latín, pero la gente no entendía el contenido solo captaban el mensaje del poder y dominación. 

 

Jesús era bien conocido por la gente, todos sabían que se a criado en Nazaret. Se conocían sus padres y también sus primos “en aquella época, se los llamaba hermanos”. Hijo de un artesano (posteriormente se lo tradujo como carpintero, pero esta profesión como la conocemos ahora no aparecerá hasta la edad media). 

 

El artesano era aquel que sabia trabajar con la madera, levantar un muro, colocar un techo simple ò hacer una empalizada. Nazaret era una aldea compuesta por unas cincuenta familias y el trabajo para un carpintero como lo conocemos hoy hubiese sido sobreabúndate, no habría tenido trabajos para realizar. Pero lo que si se sabe es que en la vecina ciudad de Séforis que había sido incendiada, se estaba reconstruyendo. Estaba a una distancia de tan solo cinco kilómetros, allí si era mas fácil encontrar trabajo. Es importante destacar que el oficio del carpintero tal como lo conocemos hoy resale a la edad media, antes solo existía la figura del artesano que hacia un poco de todo. La atribución de carpintero a su padre José, fue solo una aproximación de traducción al oficio de artesano jornalero. 

 

Jesús seguramente cuando era aun un niño, acompañaba a su padre “José” que iba a trabajar a Séforis. Salían por la mañana, caminando acompañados de un asno en el que podían cargar las herramientas y también al pequeño Jesús. Tener herramientas en aquella época era muy costoso. Poseer un par de martillos, algunos cinceles de hierro, una cierra y una lijadora, era cosa de pocos. Jesús lo acompañaría a su padre algún día de la semana, luego al ir creciendo en edad y fuerza habría aumentado la frecuencia y poco a poco aprendería el trabajo de su padre, para ganarse el sustento. 

 

El trabajo de un artesano era muy variado, sobre todo pensando en Séforis, una ciudad destruida, que había que reconstruir. Las labores mas importantes de edificación de un palacio o una casa de algún personaje del gobierno, esto estaba a cargo de una estructura seguramente romana y en donde nadie más ingresaba. Pero para los trabajos de la gente de media economía le era muy cómodo los servicios de un artesano, para realizar puertas y portones de una casa, colocar nuevamente el techo que fue incendiado, hacer un pequeño muro. Para alguna de estas tareas una persona sola era insuficiente, entonces el artesano podía contratar por jornadas a algunos otros, y más probable, a alguien de la aldea de Nazaret, posiblemente alguno de sus parientes.

 

También habría sido útil en Séforis, contar con algunas familias amigas, para contar con el apoyo local en caso de necesidad. Y en alguna de estas casas amigas poder dejar algunos materiales de construcción y otros de reciclaje, porque todo podía ser útil: trabas de madera, trozos de metal, piedras pulidas y lo que era muy apreciado y costoso los clavos de bronce, que tal vez se habían podido rescatar de alguna casa destruida. Todo ese material no lo podían llevar y traer todos los días desde Nazaret, por ello era mas fácil dejarlo en un deposito seguro en Séforis.

   

Nazaret estaba a unos 340 metros de altura en una ladera de montaña lejos de las grandes rutas, y la región pertenecía a la tribu de Zabulón. Una quebrada conducía en rápido descenso al lago de Genesaret. El camino que unía Nazaret con Séforis era mas bien un sendero de montaña. 

Cada casa de la aldea contaba con una huerta y era tarea de dueña de casa mantenerla. Se podían tener algunos animales, sobre todo cabras, de la cual la leche era muy apreciada; con ella se hacia yogurt para poder mantenerla. Seguramente algunas gallinas. Si el terreno lo permitía y este era sombreado, se podía cultivar verdura, hortalizas y legumbres. Luego las amas de casa tenían que preparar un plato fuerte de comida para los trabajadores, que consistía en algunas verduras, pan de cebada ò mijo y yogurt. La carne era muy escasa. 

 

Las casas eran constituidas de una o dos habitaciones, sin ventanas, con una sola puerta, las paredes eran de adobe y el techo de paja. Cada cinco casas había un horno para hacer el pan y este era administrado por las vecinas, otra tarea de la ama de casa era ir en busca de leña para poder ornear el pan una vez a la semana. Los vecinos contaban en uno de los patios comunes con una piedra de molino para moler los distintos granos, de trigo, cebada y mijo para hacer la harina. 

 

También había un lugar común donde depositaban los instrumentos de labranza. Este patio era el lugar más apreciado para los juegos de los mas pequeños, y para el descanso y la tertulia de los mayores al atardecer. En estas noches a la luz de alguna fogata los más ansíanos contaban historias, que se pasaban oralmente de generación en generación, muchas de ellas verdaderas, otras inventadas, pero eso no era importante; estos relatos de tierras lejanas mantenía a todos los espectadores atentos mientras se pasaban algún recipiente con nueces.     

 

En estas aldeas habían seguramente otros niños de la edad de Jesús y con los cuales jugaba en los momentos de descanso, después de haber ayudado a su madre en la huerta y en las tareas hogareñas de la familia. Seguramente corrían entre las casas, y subían a las laderas entre los olivos y si la jornada era muy calurosa visitaban con certeza las orillas del manantial.

 

Este fue el entorno en donde se movió Jesús durante sus primeros años de su vida, en esta tranquila aldea de Nazaret. Fue en esta humilde aldea, en donde captaba hasta lo menores detalles de la vida cotidiana. Sabia cual era el mejor lugar para colocar el candil, de manera que al interno de la casa, de oscuras paredes, quede bien iluminado y se pudiera ver. 

Ha visto a las mujeres barriendo el suelo pedregoso con una hoja de palmera para buscar alguna moneda perdida por cualquier rincón. Conoce lo fácil que es penetrar en alguna de estas casas abriendo un boquete. Ha pasado muchas horas en el patio de su casa y conoce bien lo que viven las familias. No hay secretos para nadie. Ha visto cómo su madre y las vecinas salen al patio al amanecer para elaborar la masa para el pan con un trozo de levadura, tal ves dado por alguna de sus vecinas. 

Las ha visto mientras remiendan la ropa y se ha fijado en que no se puede remendar un vestido viejo con un trozo de tela sin estrenar.  Ha oído cómo los niños piden a sus padres pan o un huevo, sabiendo que siempre recibirán de ellos cosas buenas. Conoce también los favores que saben hacerse entre los vecinos. En alguna ocasión ha podido sentir cómo alguien se levantaba de noche estando ya cerrada la puerta de casa para atender la petición de un amigo.

 

Cuando más adelante recorrerá Galilea anunciando el Reino, no hará grandes discursos teológicos, ni citará los libros sagrados que se leen los sábados en una lengua que no conocían bien. Para entender a Jesús no es necesario conocimientos especiales; no hará falta leer libros. Jesús les hablara desde la vida. 

Todos podrán captar su mensaje: las mujeres que ponen levadura en la masa de harina y los hombres que llegan de sembrar el grano. 

 

Jesús ha crecido en medio de la naturaleza, con los ojos bien abiertos al mundo que le rodea. Se ha fijado en los pájaros que revolotean en torno a las huertas: “no siembran, ni almacenan en los graneros, pero vuelan llenos de vida, alimentados por Dios”. Le ha llamado su atención los lirios azules que cubren en abril las colinas de Nazaret: “Ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos”. 

Observa con atención las ramas de la higuera: “de día en día le van brotando las hojas, anunciando que el verano se acerca”. Disfruta del sol y de la lluvia, y da gracias a Dios: “porque hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos”. Siente el viento pegajoso del sur que indica la llegada de los calores. 

 

Luego ya casi adolecente y visitando ya otras aldeas de los alrededores, se fija en los animales que encuentra: “las gallinas que esconden sus polluelos bajo las alas”. El va acumulando todas estas imágenes en su mente y luego serán los argumentos para sus parábolas. 

   

Para sintonizar con él y captar su experiencia de Dios es necesario amar la vida y sumergirse en ella, abrirse al mundo y escuchar la creación.

 

Nota: continua en el próximo articulo.

 

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Fuentes: Flavio Josefo (Tito Flavio Josefo: historiador judío romano.

José Antonio Pagola en su libro Jesús, aproximación histórica, ISBN-10 9871931328

 

Galería de Fotos: #mdleppez Franco Zeffirelli


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 co Zeffirelli

















Comentarios

  1. Hola Marcelo!!! Jesus...Nazaret...Arameo...Galilea...es impresionante!!! Recorriste cada lugar dónde estuvo Jesus!!! El idioma que hablaba!!!es increible como describis cada rincon y cada momento del recorrido de Jesus!!! Te felicito !!!
    Sos un muy buen escritor!!!
    Abraxo!!!

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    1. Gracias Mario por tu comentario, me alegro que te haya gustado. 🍀

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  2. Excelente relato Marce. Recorriste el sendero de Jesús. Abrazos

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  3. Sembra di vivere e guardare i luoghi con gli occhi di Gesù ,..come lui percepiva i colori, annusava gli odori, udiva le voci ed i suoni,viveva l’atmosfera sicura e morbida della famiglia.Proprio come ognuno di noi ha in memoria i ricordi di immagini, suoni ed odori dell’infanzia che sono indelebili e stampati in mente ed in cuore.Gesù ha vissuto come ognuno di noi, per questo è uno di noi , è in noi..
    Grazie per l’approfondimento
    A presto

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  4. Marilyn:
    Es increíble poder visualizar a Jesús de niño o adolescente a tra vez de tus escritos. Me encanta

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  5. Jose Luis Cantou. Excelente narración. Hermoso relato. Gracias

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  6. Hola Marcelo. Hermosa descripción de la vida de Jesús que normalmente no lo recibimos y que nos ayudan a sentirlo más hermano, más cercano, más humano. Reiteró mi agradecimiento! Un fuerte abrazo!

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  7. Denise Niscola
    Nunca había pensado en este lado de la historia, más allá de la biblia, el contexto en que se encontraba. Me parece muy interesante y la forma de redacción es cautivadora. Un abrazo Marcelo! 🤗

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