La belleza implacable de la naturaleza

 

Siempre quedamos sorprendidos por la belleza de la naturaleza que nos asombra cada día de las formas más variadas. Pero a veces muestra su cara más nefasta y hace ver su gran poder destructivo, para así seguir permitiendo la vida en formas nuevas.  Así fue y así será.

En la región de los grandes lagos de Chile, en el sur patagónico, fue testigo en el 2011 de una muestra del gran poder de la naturaleza, cuando el  volcán Puyehue hizo erupción.

Se estima que el volcán expulso a los aires unos quinientos  millones de toneladas de cenizas, arena y piedra pómez. Tal violenta explosión es el poder equivalente de 70 bombas atómicas.

La gran nube de cenizas volcánicas llego a Argentina, Australia y Nueva Zelanda y la escena era claramente vista desde la ISS “La Estación Espacial Internacional”, quien siguió con atención todo el fenómeno.

Este hecho trajo daños económicos sobre todo para el sur chileno y argentino. Después de algunos años los campos en donde se había depositado la letal ceniza, trajo consigo una nueva fertilidad a los campos.

Episodios come este suceden en nuestro planeta con frecuencia. El tema es la frecuencia que para nuestra escala, la podemos medir en decenios, cientos y miles de años. Es muy probable que en la vida de una persona que vive 90 años, jamás haya sido testigo ocular de una de estas grandes erupciones, tal vez por la simple razón de que vivió siempre en una región con poca actividad volcánica. 

Por ejemplo hace unos días presencie aquí en México un terremoto, cuya escala Richter marco  7,5. Y gracias a la red submarina de antenas sísmicas pudieron trasmitir la señal de alerta a la ciudad de México; en donde sonaron las sirenas, y los semáforos se colocaron en rojo para detener el tránsito, la gente corrió a las calles. Cuarenta segundo después llego el gran temblor que sacudió toda la ciudad. Por la magnitud de tal terremoto y la efectiva alarma, los daños fueron mínimos, así como también las lamentables víctimas, fueron unas 10 personas. Considerando que es una de las ciudades más pobladas del mundo, esto fue muy halagador.

Algunos de los lectores más asiduos me pidieron que escribiese algo referido al tema bíblico de Moisés y de la espectacular huida de Egipto. Motivo por el cual hice larga introducción de la erupción en el 2011 del volcán Puyehue.

En el sur de Grecia, sobre el Mar Egeo, se encuentra la actual isla de Santorini, meta veraniega del turismo europeo en donde se exhiben las típicas casas blancas, sobre el terreno oscuro de la arena y piedras volcánicas, rodeadas de las cálidas y transparentes aguas que bañan esta pequeña isla en forma de medialuna.

Esta pacifica isla hace unos 3500 años fue teatro de una de las erupciones más violetas de la historia registrada; cuando el volcán que ocupaba toda la isla entro en erupción, producto de esta provoco el colapso de toda la caldera volcánica dentro de su propia cámara magmática “se tragó a sí mismo”, esto produjo una gigantesca explosión, que ocasiono un enorme maremoto que llego a las costas de todo el mediterráneo.

Frente a la pequeña isla de Santorini se encuentra la gran isla de Creta, conocida mundialmente por su gran historia. En aquellos años era la cuna de la civilización Minoica y fue la primera y más reluciente de la edad del Cobre y del Broce. Homero la nombra en su libro la Odisea, como la isla de las 90 ciudades. Según Heródoto, la isla de Santorini, estaba habitada por fenicios cuando el héroe Teras funda la colonia dórica con su nombre.

El gran auge del comercio marítimo desembocó en la fundación de ciudades y en la construcción de palacios. Los palacios minoicos (o anaktora) son los edificios mejor conocidos de los que se han excavado en la isla. Son monumentales edificaciones administrativas, como se evidencia por los múltiples archivos sacados a la luz por los arqueólogos. No solo la arquitectura sino también la pintura, la literatura y otras artes, en su conjunto hacían de Creta la perla del Mediterráneo.

( #mdleppez / Museo Arqueológico de Heraclión )

En Creta se atribuye la leyenda del Minotauro. Un gigante mitad hombre con cabeza de toro, que vivía en el centro de un laberinto que había sido construido por Dédalo. Era temido por su violencia y su fuerza. Nadie había podido escapar del laberinto, ni siquiera el mismo Minotauro.

Para calmar a semejante vestía, la gente del lugar ofrecía en holocausto cada 9 años entregando 7 jóvenes para que el devoraba.

Así es que llega a la isla el temerario Teseo quien había sido llamado por Zeus para poner un poco de orden. Es allí que conoce a la bella Ariana, quien lo alerta a Teseo, de no enfrentar al Minotauro porque lo mataría luego de haberse perdido dentro del laberinto.

Pero el mitológico héroe estaba dispuesto a dar su vida por la causa. Fue así que Ariana se le ocurrió una idea para ayudar a su amigo. A la mañana siguiente antes de que Teseo se introdujese dentro del laberinto para buscar al Minotauro, Ariana le da un ovillo de lana, para que al entrar, fuese desenvolviendo el ovillo y así marcara su camino. Teseo así lo hizo, encontró al Minotauro, lucharon todo el día y luego lo mato. Regresando encontró a la bella Ariana que sostenía la otra parte del ovillo.

Lo cierto fue que un día los habitantes de Creta mirando hacia el norte, veían en el horizonte una densa columna de humo blanco. Días antes habían iniciado los temblores de tierra, cada vez seguidos y más fuertes. Nadie sabía que significaba, solo algunos ancianos se hicieron oír, diciendo: “Es el fin de todo”, “el mundo está por terminar”. Nuestra conducta á despertado al dios Cronos de las profundices de la tierra. Hay una sola opción: huir. Fue así, que muchos se embarcaron y huyeron hacia Grecia por la costa opuesta.   

No se sabe cuánto tiempo tuvieron los habitantes de Creta para abandonar la isla, ¿3 días, una semana al máximo? Los más incrédulos se quedaron en la isla contemplando la columna de humo blanco que iba creciendo. Hasta que unos días después se produjo la erupción en la isla Santorini. Primero fue una clara erupción, como tantas otras, en otros volcanes, en otros lugares. Luego fue la gran explosión cuando el volcán colapso. 

La explosión del Santorini se calcula en el equivalente a 200 bombas nucleares. Esta catastrófica fuerza genero un maremoto que luego se convirtió ya mar adentro en un gigantesco tsunami, con olas de más de 100 metros que corrían a 300 kilómetros por hora. En cuestión de minutos llego a la isla de Creta. Las gigantescas olas la envistieron, pero no solo, la sobrepasaron, barriendo todo lo que había. Fue como arrojar un balde lleno de agua contra un hormiguero.

Este fue el fin de la civilización minoica, con toda su elegancia, arquitectura, arte y comercio. Pero muchos de sus pobladores lograron llegar a Grecia y allí con su espíritu e inteligencia lograron rehacer un nuevo mundo, mucho más grande que la civilización Minoica. Fue el inicio de Grecia.  Muchos de sus escritores en el nuevo mundo, contaron en forma de mitología aquello que los ancestros habían visto con sus ojos, así surgió la idea  de la mítica Atlántida, mencionada y descrita en los diálogos Timeo y Critias, textos del filósofo griego Platón.

Aquella explosión del Santorini provoco un cambio climático en toda la región, y hubieron por varias semanas fenómenos atmosféricos fuera de lo común producto de la alteración repentina del clima.

Es aquí en donde surge la teoría de que las plagas que ocurrieron en Egipto en aquel año, fueron producidas, “o al menos algunas de ellas”, a la explosión del Santorini. Y que impulsaron al pueblo judío a la huida de Egipto, cuando reinaba el Faraón: Ramsés II, guiados por Moisés hacia la tierra prometida. Noticias de las plagas o fenómenos se observaron en toda la costa mediterránea, no solo en Egipto, entre ellas: grandes granizadas, plaga de langostas, muerte de peces y en varios lugares el agua se tiño de rojo debido a la muerte de algas marinas.

Todas historias, mitologías leyendas, todas unidas con un solo hilo de los hechos. Luego recontadas, y muchas escritas. Esto nos lleva a cada ves que leo una de ellas no juzgar de que es un cuento, o una fantasía. Hoy en el siglo XI, podemos hacer análisis en base a la arqueología que años atrás eran inexistentes, hoy nos dan una teoría muy cercana a la realidad

Por otra parte es un recuerdo de la historia que occidente recibió de Grecia como contribución a este mundo en el que vivimos en el momento presente.


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( #mdleppez / fotos volcán Puyehue )

 








( #mdleppez / fotos: Museo Arquelógico de Heraklion ( Isla Creta / Grecia )
https://islacreta.com/que-hacer/museo-arquelogico-heraklion/







Comentarios


  1. María Cristina Sanchez - 26 junio, 2020 at 5:24 pm

    Gran relato, los seres humanos somos seres indefensos frente al poder de la naturaleza, y entre tanto, seguiremos escribiendo la historia

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  2. Mario De Pian - 26 junio, 2020 at 5:35 pm

    Impresionante
    Marcelo la descripcion que haces en tu articulo de la fuerza de los volcanes…enfocados en las islas griegas!!!…muy buena la descripcion de tsunami y olas gigantescas en las costas de las islas!!
    Muh bueno che!!!
    Abraxo!!!

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  3. Mauricio Llaver Sánchez - 27 junio, 2020 at 9:25 am

    Muy buena nota, querido Marcelo. Impresionantes los datos sobre Santorini, me imagino lo que tiene que ser un estallido similar al de 200 bombas nucleares… Siga escribiendo, mi amigo. Felicitaciones.

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  4. Mario Gustavo Guzmán - 28 junio, 2020 at 10:56 am

    Me gustó mucho Marcelo, muy buena la narrativa y me sentí dentro de los acontecimientos. La naturaleza equilibra, lleva adelante la evolución, con su tiempo, que es l eternidad… Adelante amigo

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  5. Lucia Piano - 4 julio, 2020 at 8:23 am

    Grazie Marcelo del dono . la descrizione accattivante e meravigliosa di secoli di storia di un popolo e della natura del territorio

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  6. Mario
    Impresionante Marcelo las fotos del Puyehue !!

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  7. Increíble, me acuerdo que hace unos años viaje al sur y todavía estaban las cenizas del volcán en la naturaleza. Si uno se metía al lado también se veía el agua grisácea por esto. Muy interesante como todo está relacionado y tiene el mismo hilo conductor. Me encantó el relato. Un abrazo Marcelo!

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