Las calles de Jerusalén

 

Hay lugares en el mundo verdaderamente asombrosos, por su gente, su cultura por la historia, por los recursos naturales, y aquí la lista es gigantesca. Cada lugar tiene lo suyo y no se puede decir: este es el lugar el más hermoso, porque no hemos conocido el resto.

Me ocurrió algo particular al visitar Jerusalén, y después de recorrer sus calles por varios días y compartir con la gente que allí vive, tuve la impresión de estar en el centro del mundo. Porque de alguna manera que aun no logro descifrar, cuando hay paz y tranquilidad aquí, esta se trasmite a todo el planeta y cuando los días son menos pacíficos, lo mismo ocurre en otros lugares. Esto no comprobable científicamente, seguramente es una idea de mi pensamiento con alma de viajero.

Esta ciudad es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, y aquí viven distintos pueblos que a lo largo de la historia tejieron aquí sus moradas.  Visitarla sin conocer un poco de su historia y dedicarse a deambular por los lugares turísticos, se puede caer en el error de dar nuestra calificación o un parecer inapropiado.

Algunos historiadores la llaman la ciudad del libro, no porque hayan muchas librerías, sino porque Jerusalén es lugar sagrado para las tres religiones monoteístas: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Cada una ellas tiene un libro sagrado en donde están detalladas todas las creencias y asentados sus preceptos. El Judaísmo tiene la Torá, el Cristianismo tiene la Biblia y el Islam tiene el Corán. Por ello la ciudad de El Libro. Las tres religiones tienen orígenes comunes con: Abraham y Moisés. Pero la historia medida en miles de años en ésta ciudad ha sido testigo de interminables conflictos para ocupar el lugar supremo como  dominadores de la ciudad sobre el monte y de alguna manera en la hegemonía mundial.

La Jerusalén antigua está divida en dos grandes barrios o sectores: El hebraico y el árabe. Si uno camina por estas calles es oportuno siempre saber en dónde uno se encuentra. Una de las cosas importantes que aprendí cuando uno se encuentra fuera del país de origen, son: el respeto y la cordialidad, estas son monedas seguras y bien aceptadas en cualquier lugar en donde nos encontremos.

Caminando una mañana por el barrio árabe, y habiendo atravesado una de las puertas de la ciudad “La puerta de los leones”, me introduje por un laberinto de calles siempre más pequeñas, llenas de lugares con basares, con venta de telas, alfombras, adornos, especies, fruta, ventas de granos de café que con su fragancia invita subliminarmente a los pasantes a entrar.

Obviamente yo entre, para degustar un rico café servido en un pequeño vaso y al terminarlo observar la borra asentada en el fondo. Esta la creencia árabe de que cuando bebes un café y queda la borra en el fondo y tienes a tu lado una persona erudita en la lectura del café, ella te puede leer el futuro plasmado en el dibujo que dejo el café en el vaso.

Luego del café, seguí mi camino por las callecitas y me encontré una muy particular con el nombre de “La Dolorosa”, en donde dice la tradición que esta fue una de las calles por donde Jesús de Nazaret, cargo con la cruz camino hacia el calvario. La gente había invadido las calles, era la hora de compras.

En cierto momento me atrajo un señor anciano vestido con su túnica de algodón, una larga barba blanca y su turbante que se encontraba detrás de una pequeña mesa y sobre esta tenia a la venta cuatro pares de zapatos de cuero cocidos a mano. Me detuve para ver los zapatos.  El señor me saludo con un cálido “salam aleikum”, que la traducción del árabe significa “que la paz sea contigo”, la respuesta es “aleikum salam”, que contigo sea la paz.

Enseguida el hombre inicio una conversación en árabe; lo detuve haciendo una seña con las manos y le dije en ingles que no sabía el árabe. Luego le pregunte si sabía inglés y me hizo una señal con las manos de que no lo sabía.  Pero sus ojos azules expresaban que quería comunicar; y yo también tenía interés en comunicar. El tomo la iniciativa y me invito a pasar a su humilde casa. Me dio un cajón de frutas para sentarme. Detrás de él había una pequeña cocina improvisada, con un rápido movimiento me mostro unas plantitas de té y me dijo: “shay”, ésta si la sabia y le hice señas que aceptaba. Preparo el agua y en un momento me hizo señas de que esperar, me dejo y salió corriendo hacia la calle y inicio a llamar a alguien. Enseguida llegaron otras dos personas: un hombre de mi edad y un joven de unos quince años, los dos se sentaron en el suelo frente a mi. Fue entonces que el anciano inicio a hablar.

El joven me dice en su ingles básico: Mi abuelo le pregunta ¿de dónde viene usted?. Le respondí: Soy argentino, Argentina, de sud América. El abuelo se exalto y exclamo: “american, american”. Enseguida le dije al joven traductor que le dijese a su abuelo: soy sud americano, no, americano del norte. Pero obviamente no me escucho. Y continuo: Dice mi abuelo que usted es el primer americano que entra en su casa. Dile a tu abuelo: que muchas gracias, pero que soy de América del sur.  

Luego me pregunto: ¿Usted de que religión es?, mi respuesta: soy cristiano. ¿Cristiano? , como nosotros.  Me sorprendió ya que creía que eran musulmanes. Luego dijo: Cristiano,,, ¿pero de cuáles?, soy católico. ¿Católico?,, como nosotros. Luego agrego: ¿usted es practicante?,, bueno si, trato de serlo. ¿y usted, reza?,, si claro. El anciano me tomo de las manos y me dijo, acuérdese de nosotros cuando regrese, y ténganos en sus oraciones. 

Luego nos saludamos, y proseguí mi paseo por las calles de Jerusalén, pero ya no me sentía un turista más, si no que esas calles me pertenecían.

Mientras seguía caminando por estas calles acompañado por la cámara fotográfica, le llame la atención a una joven pareja que estaba por allí. Nos presentamos y saludamos; mi asombro  fue grande ya que eran hebraicos que habitaban allí en Jerusalén, charlamos sobre fotografía y fuimos a tomar un refresco a una cafetería en el barrio hebraico. Cuando ya nos estábamos por despedir uno de ellos me pregunto: si aun me quedaría unos días en la ciudad, le respondí que si, al menos otros tres días. Luego me dijo que estarían felices si los acompañaba a pasar con ellos la fiesta de Pascuas. Fue para mi una sorpresa y alegría inmensa.    

Días después se celebraba la Pascua Hebraica que difiere de algunos días con la Pascua Cristiana y fui a la casa de mis nuevos amigos. Allí estaban con toda la familia, eran unas 10 personas. La pascua hebraica “pésaj”, que significa “paso”, conmemoran la liberación del pueblo judío en manos de los egipcios, y esta se festeja desde hace miles de años.

Fue una experiencia muy grata haber podido compartir esa velada, escuchando oraciones y cantos ancestrales la mayoría dirigidos por el padre mas anciano de la familia. La cena llamada: “Séder” que significa “orden”, había estado preparada con rigurosos detalles. Cada comida tiene su significado simbólico e histórico.

El clima de alegría y cordialidad. Al final y como invitado de casa me dedicaron un brindis, augurándome paz y prosperidad. Antes de dejar la mesa el padre de familia entrego un obsequio a cada uno de los presentes. 

Regrese en donde me encontraba alojado y decidí ir caminando para así atravesar la ciudad de noche. Mientras caminaba, pensaba en lo vivido en estos días: el momento de charla con el artesano árabe en su casa y ahora, la fiesta de Pascuas junto a una familia hebrea. Y creció dentro mío la convicción, que las guerras no pueden destruir el corazón de los hombres.

Las calles estaban casi desiertas y se escuchaban en una y otra ventana los cantos de festejo de la pascua en su año 3.530 y pronuncie una oración en silencio, augurando paz y prosperidad para todos los pueblos.


🍀🍀🍀Si dejas tu comentario aquí, no olvides de escribir tu nombre. Una vez controlado, será publicado en el artículo. Gracias. 🍀🍀🍀







 














Comentarios


  1. Gabriele Palocci - 5 junio, 2020 at 2:02 am

    Molto interessante la descrizione di ogni dettaglio e scena che hai fotografato nella mente!
    Si riesce ad entrare nel luogo anche se uno non l’ha visitato..
    Come dice un grande saggio: il viaggio più bello che uno fa è quello dentro se stesso, scoprendo dentro di se nuove emozioni, sensazioni e profumi di nuove terre e paesaggi…
    Un saluto!!

    ____________________________________________________

    Marcelo D. Leppez Sanchez - 5 junio, 2020 at 9:08 pm

    Grazie Gabriele per il tuo commento. Si, he vero, quello che dici su questo saggio. Un altro diceva che: “il vero viaggiatore, no e soltanto quello che scopre nuovi luoghi, ma quello che vede con nuovi occhi”. Un grande saluto amico mio.

    ResponderBorrar

  2. Sabrina Casadei - 5 junio, 2020 at 2:49 am

    Bellissimo Marcelo! Davvero molto interessante! Fai viaggiare con la mente anche chi in questi posti non c’è stato!

    ___________________________________________________________

    Marcelo D. Leppez Sanchez - 5 junio, 2020 at 9:10 pm

    Grazie Sabrina per il tuo commento, e benvenuta a questo blog che e’ anche tuo.

    ResponderBorrar

  3. Mario De Pian - 5 junio, 2020 at 5:56 am

    Grande Marcelo!!! Impresionante la experiencia del “viejo de los zapatos!!!
    Buenisimas las fotos!!!
    Abraxo!!!

    ResponderBorrar
  4. Patricia Manganelli - 5 junio, 2020 at 5:08 pm

    Hola Marcelo!!! Como siempre un relato precioso. Recuerdo cuando hace unos años estuviste en casa cenando y entre tus innumerables anécdotas, comentaste que por mucho tiempo te rondaba la idea de hacer un viaje y recorrer lugares como el que ahora nos transmites… dudabas…. Qué bueno que decidiste hacerlo!!!!! Y cuanta riqueza de culturas viven en vos… sos perseverante y muy organizado… por eso alcanzas tus deseos. También sos trabajador Jajajajaja 😂😂.
    Me gustó mucho este paseo…me hubiera gustado estar tomando ese vasito de café y tener al lado alguien que leyera la borra de mi vasito… creo que me hubiera ahorrado ese dolor de cabeza que casi me manda a tocar el arpa con San Pedro. Jajajajaja 😂( con todo respeto).
    Un abrazo amigo… excelente como siempre!! Espero la próxima entrega. !!!😊👋

    ________________________________________________________
    Marcelo D. Leppez Sanchez - 5 junio, 2020 at 6:19 pm

    Gracias Patricia, por el hermoso comentario. Tú también tienes una muy buena agenda. Pero como decía las vez pasada, esto es sobre todo por el coraje que me han dado mis Amigos para poder realizarlo. Es lo que realiza la magia de la Amistad, compartir, las alegrías, las tristezas, en fin los matices con que está pintada esta vida.

    ResponderBorrar

  5. Lucia Piano - 7 junio, 2020 at 2:48 pm

    Descrivi così bene la città di Gerusalemme che mi sembra di viverla Io ho sempre amato la storia e la geografia e sono stata e sono curiosa delle abitudini e della cultura di tutti i popoli .

    _____________________________________________________
    Marcelo D. Leppez Sanchez - 8 junio, 2020 at 9:48 am

    Ciao Lucia !!!, grazie del tuo commento. Ci sono diverse maniera di conoscere un luogo, uno di questo e il mio preferito anche si non lo credi, e per me: “con la lettura”. Tante persona visitano dei posti, ma no sanno dove sono, cosa c’è sotto i suoi piedi.
    Un grande saluto a te, a Franco e Sara.

    ResponderBorrar
  6. María Cristina Sanchez - 11 junio, 2020 at 6:07 pm

    Tal como tú relato es como me gustaría encarar cualquier viaje, conociendo a las personas, sus costumbres, compartiendo. Que hermoso viaje y cuánta alegría en el corazón se Lee en tus calabras

    ResponderBorrar
  7. Piet Jan Schutzmann

    Gerusalemme, la Città Santa! Grazie Marcelo. Ho viaggiato abbastanza... ma ancora non ho potuto visitarla; la tua bella esperienza di "viaggiatore" ha risvegliato in me il desiderio di farlo al più presto. Un amico (che soffre di depressione cronica) tornando da un pellegrinaggio in Terra Santa mi aveva detto la sua impressione: "Camminando per le sue strade passi in mezzo a tanta gente che va di fretta. .. ma non incontri nessuno. Negli occhi delle persone leggi solitudine, diffidenza e paura". Pur sapendo bene che il paragone tra le due città è impossibile, ascoltandolo, mi era tornata in mente l'esperienza - simile - della mia prima passeggiata per Manhattan..., ma quello per me era un momento triste. Andrò a Gerusalemme. È proprio così, come Tu dici: "Il vero viaggiatore non è chi scopre nuovi luoghi, ma chi li vede con occhi nuovi".
    ____________________

    ResponderBorrar
    Respuestas

    1. Grazie Piet per il tuo pregiato commento. Un grande saluto Amico viaggiatore.
      🍀🍀🍀

      Borrar
  8. Me encantó el relato! Muy amables las personas que encontraste, calidad y amistosas. Con buenas intenciones y amor no hay barreras que nos separen. Un abrazo!

    ResponderBorrar
  9. Fascinate relato como siempre Marcelo! Me encantó la parte del anciano vendedor de zapatos, muy linda experiencia. Gracias por compartirla e invitarnos a los lectores a ser parte de ella. Un gran abrazo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

🍀 Gracias por dejar tu comentario. No olvides de escribir tu nombre, una vez verificado el contenido será publicado en el artículo.🍀

Entradas más populares de este blog

Claves para entender el conflicto palestino-israelí

El simio cocinero

Chiara Luce Badano